El núcleo incluye sangre, muestras de tejido y datos clínicos de pacientes con cáncer, así como donaciones de tejido, sangre e historial médico de más de 5.000 mujeres al Banco de Tejidos Komen, el único biorrepositorio de tejido mamario normal del mundo.
EL PROBLEMA
“Como se puede imaginar, la recolección, el almacenamiento, la distribución y la catalogación eficientes de estas muestras es una tarea compleja”, dijo Storniolo. “Cuando se puso en marcha el núcleo, las muestras se gestionaban en varias bases de datos diferentes y no había un procedimiento operativo estándar sobre cómo organizar cada una de ellas.
“La carga administrativa que supone gestionar los distintos sistemas implicaba que las consultas de investigación podían tardar semanas en completarse y que los esfuerzos de generación de datos solían duplicarse en distintos proyectos”, señaló. “El proceso requería muchísimo tiempo para el equipo encargado de respaldar este trabajo, dado que gran parte de las búsquedas se hacían manualmente”.
En la era de la genómica, la atención médica puede obtener muchos conocimientos en diferentes momentos, poblaciones e individuos. Para aprovechar esto al máximo, el centro oncológico debe simplificar el proceso de acceso a la información. Los científicos son expertos en sus campos y tienen un tiempo limitado. Necesitan herramientas fáciles de usar que les brinden información precisa y confiable.
“Necesitamos desmitificar los datos y sintetizarlos en distintas plataformas para responder a las preguntas que impulsan la investigación”, explicó Storniolo. “Esto requiere herramientas que puedan comunicarse entre bases de datos complejas para que los investigadores no dependan tanto de recursos informáticos limitados”.
PROPUESTA
El centro oncológico de la IU necesitaba una plataforma que pudiera gestionar la cantidad de datos de su “universo” y las complejidades asociadas a los distintos tipos de datos, tanto estructurados como no estructurados. Una plataforma de datos clínicos prometía armonizar todos los datos disponibles y crear un recurso compartido para el centro oncológico, conectando los datos de bioespecímenes con los datos clínicos y genéticos en una herramienta accesible.
“Con la plataforma, el equipo podría responder rápidamente a preguntas sobre cohortes específicas y colaborar mejor con los equipos de investigación”, dijo Storniolo. “La garantía de que se mantendría la privacidad y la seguridad de los datos de los pacientes, al tiempo que se permitiría una democratización más rápida y sencilla entre los socios, fue enorme”.
ENFRENTAR EL DESAFÍO
El centro oncológico y su proveedor de plataforma de datos clínicos trabajaron en estrecha colaboración para construir un sistema de datos que se adaptara de manera muy específica a las necesidades del centro como biobanco y a las necesidades de los investigadores como usuarios de ese biobanco y sus datos..
““Si bien el proyecto aún se encuentra en construcción y prueba, uno de los mayores impactos que hemos visto hasta la fecha es la velocidad”, señaló Storniolo. “En el pasado, si un científico necesitaba analizar una cierta cantidad de pacientes con parámetros específicos (como edad, detalles de la biología del cáncer y tipo de tratamiento), se necesitaban varios días o una semana para determinar cuántas muestras cumplían con los criterios, dónde estaban ubicadas y si eran o no accesibles para el investigador que las solicitaba”.
Usando la plataforma, esto ahora se puede hacer en minutos, agregó.
RESULTADOS
Durante el próximo año, el centro de cáncer de IU espera poder respaldar solicitudes de investigación adicionales y más complejas y ver una reducción en el tiempo dedicado a tareas manuales y a la generación de datos de investigación duplicados.
“Nuestros investigadores podrán comprobar la disponibilidad de muestras en tiempo real de forma autónoma”, informó Storniolo. “Esto les permitirá determinar la viabilidad de un proyecto o generar ideas para nuevos proyectos con mayor rapidez que ahora, debido al cuello de botella que supone el personal limitado que actualmente puede realizar estas búsquedas”.
Para fin de año, el personal espera ver:
- Una reducción del tiempo dedicado a tareas manuales y una reducción en la generación duplicada de datos de investigación, lo que conduce a una reducción general de los costos operativos corrientes.
- Reducción significativa del tiempo por solicitud.
- Un aumento en el número de proyectos de investigación apoyados.
CONSEJOS PARA OTROS
“El primer paso es preguntar a los investigadores qué necesitan y encontrar un proveedor de tecnología dispuesto a adaptarse y seguir el ritmo de los cambios en la industria”, aconsejó Storniolo. “No sabemos todo lo que está por venir y nuestra forma de pensar sobre la ciencia siempre está cambiando, por lo que es esencial trabajar con desarrolladores que sean verdaderos colaboradores y puedan adaptarse a las necesidades de los usuarios.
“A menudo, cuando pensamos en las necesidades tecnológicas, hay que tener en cuenta tanto lo que se necesita ahora como las necesidades que surgirán en el futuro a medida que la ciencia siga cambiando”, continuó.
Además de las necesidades de los usuarios, la eficiencia es una consideración clave, añadió.
“La complejidad y profundidad de los datos científicos actuales a menudo dan lugar a una gran cantidad de trabajo manual”, afirmó. “Es fundamental comprender dónde se puede ganar eficiencia con la tecnología. Es conveniente pensar en dónde se puede generar el mayor valor para los investigadores eliminando parte de ese trabajo manual”.
“En general, adoptar la tecnología puede parecer un desafío, pero nuestro objetivo al hacerlo es potenciar la ciencia, no limitarla”, concluyó. “Con la tecnología adecuada, sus equipos pueden hacer que los datos sean más accesibles y acelerar la investigación, impulsando la innovación y los avances”.
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