“Han llegado tan lejos, y ya sabes, si yo fuera un periodista de izquierdas, si fuera demócrata, Dios mío, los medios se indignarían si los medios republicanos le hicieran esto a un periodista de izquierdas”. Ella dijo en su podcast el sábado“’Oh, Dios mío, son misóginos, están intimidando a una mujer, están tratando de llamarla Monica Lewinsky, están tratando de desacreditar el hecho de que ella es una mujer trabajadora’”, agregó, especulando sobre lo que podrían decir los medios de izquierda.
Su diatriba vitriólica luego tomó un giro desagradable, con la teórica de la conspiración arrastrando el nombre de Kamala Harris por el barro al repetir afirmaciones, a menudo promocionadas por figuras de extrema derecha, de que la vicepresidenta solo pudo avanzar en su carrera como abogada de San Francisco en la década de 1990 al acostarse con el entonces alcalde de la ciudad, Willie Brown.
“Pero algunas de nosotras, las mujeres, trabajamos duro y no tenemos ningún deseo de tener relaciones sexuales con políticos o con hombres de la élite política para ascender en la jerarquía”, dijo Loomer. “Sé que Kamala Harris no puede decir lo mismo, pero créanme cuando les digo que yo no soy así, o como a Kamala Harris le gusta decir, ‘ellos no son como nosotras’, ¿verdad? Ella no es como yo. Yo no soy como ella”.
Conocida por su nacionalismo blanco y su orgullosa islamofobia, la tendencia de Loomer hacia el discurso de odio y la desinformación la ha llevado en el pasado a ser expulsada de una sorprendente variedad de plataformas en línea, desde sitios de redes sociales establecidos como Facebook y X hasta procesadores de pagos, servicios de alquiler de vehículos e incluso aplicaciones de comida para llevar.
Cualquiera que sea el alcance de su adoración por el candidato republicano, las consecuencias tóxicas de su presencia continua en el campamento de Trump han desatado una especie de guerra civil con el resto de la campaña MAGA, lo que ha provocado ataques de republicanos por lo demás apasionados como los senadores Thom Tillis y Lindsey Graham, así como de su colega teórica de la conspiración, la representante Marjorie Taylor Greene.
Después de que Loomer afirmara que una victoria de Harris haría que la Casa Blanca “oliera a curry”, JD Vance ha buscado firmemente distanciarse de su estilo singularmente desquiciado de retórica política.
Últimamente, incluso el propio Trump parece estar un poco frío con ella, y el candidato republicano publicó en Truth Social el viernes para aclarar que Loomer “no trabaja para la campaña” y que no siempre está de acuerdo con sus declaraciones, aunque elogió el hecho de que “al igual que los muchos millones de personas que me apoyan, está cansada de ver a los marxistas y fascistas de izquierda radical atacarme y difamarme violentamente”.